Es para mi un placer acompañarte de nuevo en el apasionante y constante recorrido de la crianza de nuestros cachorros humanos.
Comenzaremos esta entrada sobre comunicación y dialogo hablando "del término medio", conozco muchas madres y padres que no aplican este concepto en su comunicación parento filial, considero que tanto el exceso como la falta de dialogo dificultan la comunicación y casi siempre producen un distanciamiento entre padres e hijos.
Para crear un clima de dialogo no es necesario verbalizar absolutamente todo, es también necesario distinguir bien el dialogo del monologo. Distinguir la empatía , el encuentro y el acompañamiento emocional, del largo , aleccionador y simple consejo.
Un discurso no cambia por si mismo a un niño...si no quieres que tu hijo o hija desconecte, o no se atreva a expresar su opinión, o simplemente, cuando escuches con frecuencia "si, papa", "vale, papa" o tienes razón,mama", evita los discursos.
Pero, ¿cómo modificar la forma de comunicación con nuestros hijos?, lo primero no olvidar que estamos ante un diamante (nuestros hijos), lo segundo es que al niño hay que darle tiempo para que entienda lo que se le ha dicho, tras una pausa, se le puede preguntar qué opina, de esta forma nos acercamos a su posición a "su lugar", adoptamos una actitud de escucha activa y demostramos que prestamos atención a lo que dice.
El dialogo es una interacción y para que sea posible es necesario que los silencios permitan la intervención de todos...en un espacio de comunicación eficaz hay que dejar que el otro se exprese, dándole la posibilidad de réplica, recoger argumentos y admitir la premisa que sus argumentos pueden no coincidir con los nuestros, también y esto es genial ( e indicador de la autentica belleza del diamante adulto que somos) aceptar que su opinión pueda cambiar nuestro punto de vista...
Por el contrario, el no hablar con los hijos supone una grave limitación en la comunicación. Las prisas, el cansancio o no dar importancia a charlar todos los días con nuestros hijos, son actos que transmiten al niño que no es importante, que su vida diaria tiene escaso interés para sus padres.
Es muy conveniente reservar un espacio y un tiempo todos los días en el que la actividad mas importante sea escucharse los unos a los otros, con actitud abierta hacia opiniones distintas, y verdadera predisposición de escucha.
Aun así podemos caer en otros "errores" como:
Señalar comportamientos negativos como si fueran los únicos que el niño lleva a cabo "siempre estas pegando a tu hermano"...es importante expresarse de forma que el niño sepa que lo inadecuado es su comportamiento y no él...y sobre todo reconocer y comunicar lo que el niño hace bien.
Otras veces no sabemos interpretar lo que el niño quiere decir realmente, no preguntar, no escuchar, no estar atento, no dar tiempo a la expresión o comportarse de manera contradictoria con él preguntándole un día por lo que ha hecho en el colegio y al siguiente decirle que se calle porque estamos muy cansados son actitudes que tampoco ayudan.
A veces sin querer, "reprochamos",¿Cómo no se iba a romper el mando de la TV si no eres capaz de dejarlo en su sitio?, o abusamos de los "deberías", en lugar de "me gustaría que"...y algo cada vez mas frecuente, cortamos conversaciones, cortamos valiosos encuentros comunicativos con nuestros hijos por interrupciones externas como el teléfono móvil.
La vida familiar cuenta también con enemigos silenciosos para establecer conversaciones y climas de dialogo y de relación positivos: la tele encendida en las comidas, los horarios que dificultan encuentros relajados,o el exceso de actividad, incluso en tiempo libre..máxima atención a todos ellos...
No hay que olvidar "los silencios", en ocasiones la relación mas adecuada junto con la compañía. Ante las frustraciones infantiles es preferible, a veces, un abrazo o palmada cómplice y afectuosa, una actitud que muestre disponibilidad y respeto por sus emociones.
Espero que esta entrada de www.pulediamante.blogspot.com.es os resulte interesante y sobre todo de ayuda, queridos amigos y amigas en la bella tarea que es la crianza de nuestros cachorros humanos.
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