jueves, 26 de marzo de 2015

CON DOCE AÑOS... Y EN ¿LA SELVA?

Querido compañero de reflexiones y lecturas, buscador insaciable de preguntas y respuestas...

En la entrada de hoy de pulediamante.blogspot.com pretendo conocer tu opinión como padre o madre, contrastar mis reflexiones con tus experiencias y viceversa, pudiéndo así profundizar en un asunto que bien seguro ha precupado a todos los padres y madres con hijos de unos once o doce años.

 

Me refiero al tránsito del colegio al instituto.

 

¿No es quizá demasiado temprano, para comenzar una etapa, que puede durar, en el mejor de los casos hasta los 23 años?...con un una carrera terminada...y ¿un futuro más que incierto?

 

En mi trabajo diario como Educador Social, he conocido a niños y padres con múltiples respuestas ante esta realidad "impuesta"...como todas las leyes y reglamentos educativas promulgados en España, sin consenso y aplicados mediante "Decreto Ley".

 

Hay familias que reaccionan con temor (no es aconsejable), otras con despreocupación (tampoco es bueno), en cambio también cononozco familias que conscientes de este tránsito, prestan la atención necesaria a sus hijos y a su entorno para detectar cualquier dificultad, duda, conflicto que puedan vivir los niños y así poder acompañarles y apoyarles en la resolución de los mismos ántes y durante su paso por un instituto de educación secundaria.

 

Los niños y niñas  de 12 años, reaccionan de forma similar, con una peculiaridad personal, el proceso de desarrollo físico, emocional y cognitivo varía mucho entre unos y otros niños a esas edades.

 

Por eso como padres y madres procuraremos abrir bien los ojos, anticipar situaciones y creernos capaces de poder establecer con nuestros hijos nuevas estrategias de comunicación que nos permitan mantener un vínculo de calidad con ellos.

 

En el instituto, nuestros cachorros de 12 años, comienzan a vislumbrar un mundo nuevo, que produce inseguridades y plantea la vivencia de nuevas situaciones (que demandan nuevas respuestas) y nuevas personas (sus iguales) que ejercen una nueva, poderosa y a veces determinate  influencia sobre ellos.

 

La realidad, es la que es, y es mejor no negarla y sí aceptarla, deseamos y trabajamos desde Pulediamante cada dia para decantar en cambios positivos a nuestra sociedad y a nuestras familias. El modificar los tiempos y acoplar la realidad social y educativa al desarrollo de nuestros niños es uno de nuestros objetivos.

 

Tampoco podemos responsabilizar a un sistema educativo público cada vez más debilitado presupuestariamente, con derivas ideológicas constantes y con un personal mermado e infravalorado socialmente pero contrariamente también responsabilizado en exceso sobre cuestiones básicas sobre la educación durante la infancia y adolescencia que deben al menos, ser también abordadas en el contexto de la familia  y de la comunidad.

 

Mi postura es clara, mi experiencia y mi opinión también.

 

    

Si esta es la realidad, desde los últimos cursos de primaria debemos esforzarnos todos (familia y comunidad educativa) en capacitar a nuestros hijos en habilidades sociales (asertividad, empatia...); promocionar el desarrollo moral mediante proyectos integrados de educación en valores que sean parte del currículo escolar desde la educación primaria; y quizá también vez de esforzarnos en vender y comprar "los peligros de las nuevas tecnologías", poner énfasis en formar a nuestros cachorros en un uso responsable y mucho más técnico de las Nuevas Tecnologías, basado en sus potencialidades (programación, robótica...) que les conduzcan por sí mismos a ese "uso responsable"  que todos deseamos.

 

Además como ciudadanos con capacidad de cambio, podemos impulsar iniciativas que propicien modificaciones legislativas que permitan adaptar el currículo en los últimos cursos de primaria y los primeros de secundaria y dotar de nuevos profesionales de la educación que faciliten la formación tanto de padres como de sus hijos con la comunidad educativa como cable conector entre padres e hijos-problemas y soluciones. Y, ¿Por qué no?...quizá propiciar cambios para comenzar el instituto a los catorce años. Aquí las Asociaciones de Madres y Padres y los profesionales de la Comunidad educativa pueden tener un papel crucial.

 

Mientras tanto, y a la espera... tenemos que actuar, dotando de seguridad y herramientas eficaces de comunicación a nuestros hijos. Vuestra preocupación es, que sean eficaces en esta etapa ( buenas notas ) pero además deben ser eficientes (buenas relaciones sociales, autoestima, capacidad asertiva,  capacidad de proyeccion en el futuro y motivación, desarrollo moral y asentamiento de valores...).

 

En la vida diaria, en lo cotidiano y en familia, podemos encontrar´muchísimas oportunidades educativas que muestren a nuestros cachorros humanos los valores y las habilidades que les van a demandar estas nuevas situaciones que viven en el instituto.

 

Os invito a que prestéis atención también a estas "eficiencias", que de hecho, serán a buen seguro quienes les dirijan con seguridad por la senda de la adolescencia y juventud y les harán sentir capacitados para los desafíos que como el de la llegada al instituto les estarán esperando durante toda su vida.

 

Me gustaria amigo o amiga conocer tu sincera opinión y ¿por qué no?, tu experiencia sobre este tema.

 

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