Un domingo más Pulediamantes, nos encontramos en esta soleada y fría tarde para prestar atención a una de las situaciones de "conflicto" infantil más frecuentes. Los Celos.
Los celos son una emoción, pueden manifestarse como un deseo desmedido de atención y como un temor a perder el cariño o la atención de alguien querido, y... ¿quién nos quiere más que nuestros cachorros?.
Con frecuencia, y aquí es cuando comienzan a divisarse los problemas, esta mezcla de deseo y temor tan tóxica, va acompañada de otras emociones más complejas como la envidia y el resentimiento hacia quien se percibe como rival.
Los celos, para quienes los padecen, generan sentimientos como la rabia, la tristeza; generan también pensamientos negativos y crean imágenes mentales distorsionadas...todo este batiburrillo originado por el "miedo a perder" se manifiesta en conductas a veces poco deseables.
Generalmente, los niños que se comportan bajo el dictado de "los celos", buscan atención mediante el llanto o rabietas; quitan los juguetes, tapan la nariz o pegan a sus hermanos; desobedecen o en cambio obedecen en exceso; aparecen en ellos conductas de etapas anteriores o conductas de imitacion de sus hermanos menores; suelen comer menos y dejan de pedir algunas cosas que ántes les gustaban mucho.
Los celos infantiles hay que considerarlos "normales", siempre y cuándo las conductas de los padres respecto a la crianza de sus hijos también sean "normales" y sobre todo lo mas EQUITATIVAS posibles, un concepto el de equidad muy diferente al de igualdad que debemos incorporar también a nuestra mochila de madres y padres y por ende a la de nuestros hijos.
El proceso de adaptación es más sencillo si el niño mantiene una relación firme con papá y con mamá ántes que llegue el bebé. El objetivo es continuar manteniendo lazos estrechos después. Por ello, debemos tratar de mantener las rutinas normales "en la medida de lo posible".
También debemos Animar a los cachorros mayores a tomar conciencia de las necesidades del bebé y a contribuir junto a los padres en su cuidado.
Debemos EVITAR como padres ante todo dos extremos:
1.- Prestar tanta atención al bebé que privemos de la misma al hermano/s mayor/es.
2.-No ser demasiado indulgentes con el hermano mayor.
Evitando estos dos extremos y siguiendo estos sencillos consejos, la superación por parte de nuestros cachorros humanos de este estado emocional negativo generado por la envidia y por el miedo constituirá uno de los primeros aprendizajes que afianzarán una buena adaptación socioafectiva y moral.
¿QUE HACEMOS?
Dar al niño o niña la oportunidad de expresar su malestar.
Atender con interés sus exitos. Transmitirle que se le Quiere.
Mostrar situaciones sobre las ventajas de ser el Mayor.
Favorecer el contacto con niños de su edad.
Pedir la colaboración, involucrar al niño en las tareas "más amenas" del cuidado de su hermano o hermana.
Decirle que sus "temores" desapareceran. Intentar no decir la palabra "celos".
¿QUE NO HACEMOS?
Exigir demasiado al hermano mayor.
No hacer comparaciones entre hijos ni manifestar preferencias. Cada diamante es único.
No intervengas prematuramente en sus peleas. No solo castigues.
No elogies efusivamente al hermano mayor cuando se comporte adecuadamentre con el menor.
Si el hermano mayor tiene regresiones (por ejemplo:vuelve a hacerse pipi), no te muestres intolerante. Préstalo la justa atención.
Deseo, como siempre, que esta nueva entrada de pulediamante haya sido de tu interés y agradezco tu atención y tiempo.
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